Luego de 13 meses en el cargo, el asambleísta de Unes por Pichincha, Fausto Jarrín, renunció a su curul en la Asamblea Nacional, a través de una carta pública. En el documento, el ahora ex legislador explicó que durante este tiempo en el Parlamento tuvo experiencias enriquecedoras, desafiantes y hasta desesperantes.
“Lastimosamente, durante un año también pude conocer la podredumbre que habita y se reproduce dentro de la Asamblea Nacional”, escribió. Destacó que no lo atan el puesto, ni el sueldo, sino sus principios y convicciones. “Y tengo un inexcusable deber con mis compañeros víctimas del Estado ecuatoriano y su persecución”, resaltó Jarrín al anunciar su dimisión, cuya decisión, dijo, fue complicada, pero bien pensada.
Por eso anuncia que retomará su rol como defensor de las “víctimas del odio y la persecución”, que desempeña desde hace cinco años. “Doy un paso al frente para asumir nuevamente al cien por ciento mi labor como defensor de mis compañeros perseguidos”, remarcó.
Así también sostuvo que las posibilidades de la bancada de UNES son “limitadas” al contar con 47 votos seguros. No obstante, confía en el trabajo de sus ahora excompañeros.
Jarrín fue abogado del expresidente Rafael Correa, dentro del proceso por cohecho pasivo agravado dentro del Caso Sobornos 2012-2016.
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