El diálogo entre el Gobierno y el movimiento indígena avanza a pasos acelerados con la instalación de las mesas sobre derechos colectivos; y sobre seguridad, justicia y derechos. Esta vez, el encuentro cuenta con la presencia del Relator Especial de la Organización de las Naciones Unidas-ONU para Asuntos de Pueblos y Nacionalidades Indígenas, Francisco Calí Tzay.
El dirigente de la Feine, Samuel Lema, mira como una oportunidad para que el movimiento indígena cuenta la discriminación y violación a sus derechos que dice se vivió en la movilización de junio del 2022. “Las autoridades deben responder como se utilizó el uso de la fuerza. La justicia tendrá que investigar a aquellas personas, ministros que estaban a cargo. No puede quedar en la impunidad”.
La ministra de Educación, María Brown, explicó que la presencia del representante de la ONU servirá para demostrar el avance que ha tenido el Gobierno en materia de educación intercultural. “La relatoría es sin duda el mecanismo mundial que hace recomendaciones y observaciones para que se cumpla los derechos de los colectivos. Esta presencia da legitimidad al diálogo”.
Pero a pesar de este avance, el dirigente de la Feine reconoció que desde el régimen hay una actitud de “flexibilidad” para avanzar en las conversaciones; sin embargo, les inquieta el tiempo que están tardándose en concretar acuerdos. “Ya vamos alrededor de dos meses y no avanzamos nada…debe existir voluntad política del Gobierno”.
Transcurridos cerca de 50 días, los movimientos indígenas están a la expectativa de obtener propuestas concretas del Gobierno nacional sobre la focalización de los subsidios a los combustibles, condonación de deudas y fijación de precios de los productos de primera necesidad, frente al temor de que en los días que restan no se concluya con el trabajo de las diez mesas técnicas.
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