A partir del 29 de noviembre de 2022, alrededor de 2,27 millones de contribuyentes, que tiene RUC, estarán obligados a facturar de manera electrónica, según establece la última reforma tributaria aprobada por la Asamblea. Esto representaría la pérdida de 70 mil plazas de empleo, advierte el presidente de la Federación Ecuatoriana de Artesanos Gráficos, Mario Ron. “Lo único que hará es aumentar el desempleo…lo único que queremos es trabajar”.
Este paso significaría el fin de la facturación física, afectando directamente a las imprentas de todo el país. Y pese a varias reuniones que ha tenido el gremio con autoridades del SRI, no hay acuerdos. El colectivo plantea tres propuestas y advierte con instalarse en huelga de hambre si no se acoge alguna posibilidad para que sigan trabajando.
- Mantener la facturación física indefinida hasta los USD 300 mil, que sea el contribuyente quien decida si es físico o electrónico.
- Que los negocios populares suban a un tope de USD 120 mil.
- Que el SRI entregue a las imprentas para seguir manejando la facturación electrónica.
Según el Servicio de Rentas Internas (SRI), la disposición es obligatoria para los negocios de todos los tamaños y para las personas naturales. Solo los negocios populares podrán emitir comprobantes como notas de venta de manera física. Los negocios populares son aquellas personas naturales con negocios que tienen ingresos brutos anuales de hasta USD 20.000.
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