Germán Cáceres, expolicía procesado por el femicidio de la abogada María Belén Bernal, es el nuevo recluso de la cárcel La Roca, en Guayaquil. Hasta el centro de máxima seguridad fue trasladado con el fin de garantizar su vida, explicó el ministro del Interior, Juan Zapata. Al indicar que el sospechoso ahora está en manos del SNAI.
“En La Roca, hay 20 cabecillas, en celdas individuales. Casi no tienen contacto el uno con el otro…Cáceres no se encontrará con otros PPL. Ahora el SNAI está a cargo de la seguridad…es el mejor lugar para garantizar la seguridad”.
Y precisamente la seguridad de Cáceres es la principal preocupación de Elizabeth Otavalo, quien insiste que la vida del sospechoso corre riesgo y aspira que el Estado cumpla. “No estoy tranquila con la captura de Cáceres, debemos estar vigilantes de ese proceso para que no hay vicios judiciales”.
Eso también pide Zapata, quien aspira que no se busquen habeas corpus a los que ya están acostumbrados los jueces. “Eso ya sale de nuestras manos, hacemos un trabajo técnico”.
La madre de la víctima confirmó que presentará una acusación particular en contra de Cáceres y pide transparencia. Lamenta que no haya podido hacer un careo con el sospechoso en el aeropuerto de Quito, aunque Zapata confirmó que habló con Otavalo y le explicó las razones.
Pese a que la captura de Cáceres es reciente, la investigación por femicidio no podrá alargarse más allá de los 120 días que se establecieron luego de su vinculación al proceso. Es decir, el plazo terminará el 15 de enero de 2023. Hasta ese día, la Fiscalía podrá recopilar pruebas en contra de Cáceres y los otros dos procesados: la cadete Joselyn S. y el subteniente Alfonso C. Luego, el juez del caso deberá convocar a la audiencia preparatoria y evaluatoria de juicio. En esa diligencia, el Ministerio Público presentará la acusación formal y, con base en los indicios recopilados, se decidirá quiénes enfrentarán un juicio.
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